Marisol Barahona Hernández
(1992) Colombia. Magistra en Literatura por la Universidad Javeriana. Poemas suyos han aparecido en revistas y antologías de Colombia y México. Publicó Poética de la luz (2020) bajo el sello editorial Renascentro. Es colaboradora del Festival Internacional de Poesía de Bogotá y hace parte del comité organizador del Encuentro Internacional de Estudiantes de Posgrado en Literatura Iberoamericana (2019). Actualmente se desempeña como profesora en la Universidad Pedagógica Nacional.
POEMAS DE MARISOL BARAHONA HERNÁNDEZ
Arqueología del tiempo
Seremos
los únicos que haremos de la nomenclatura citadina
un poema de amor
Lo que fuimos
escrito en el asfalto
lo desvanece
el agua lluvia.
Extranjera
No he volado
pero conozco el mundo
Sé a que huelen las calles
donde me siento extraña
He visto ojos que no son de estas tierras
y miradas lejanas que me persiguen
He amado hombres que no conocen mi casa
ni yo las suyas
tan solo una intersección aquí y allá
He vivido en mi Louvre de pitillos
he sido puta en Moulin Rouge
he sido Jeanne samary
Ahora
una amante
disfrazada de nieve.
Poema de abril
Me enamoro
del dios que hay en cada hombre
el territorio de sus carnes y
retrocedo tímidamente
El silencio permite la atemporalidad
cuando veo que es la amabilidad y la magia vestida de hombre
El único acto de amor en el mundo
es soñar en voz alta.
***
Soy en tus brazos
un león deshojado
soy en tu ojos
un llanto prematuro
soy en tu alma un ave
anidada
soy en tus manos
algo invisible
soy en tu memoria
culpa
soy en tu nuca
un recuerdo callejero
soy en tu pecho
la respiración agitada
soy en tu ombligo
mi lengua bajando
soy en tu imaginación
una sola foto
soy en tu tristeza
mi vacío.
Al mediodía
Me gustan las cosas sutiles
como la buena postura
las manos limpias
los conciertos de piano / sonata opus
y el silencio
Me gustan la soledad y el café
planear caminos que conduzcan a mí
Me gusta el baile como la misa
Me gusta el sol en la cara
el frío en la mañana
el desnudo de tu alma.
***
Adieu l’Antoine je vais mourir
C’est dur de mourir au printemps tu sais…
Jaques Brel
Luz tenue, Stravinski, casa deshabitada.
Quiero vivir en primtemps
para que morir sea más duro
para coger el aire con las manos
para ver el sin fin de rieles
para ver que l’été no acaba.
Domingo
Hoy en el frío y las violetas
rebasas
renaces
Un frío imaginado
soñado
propenso a desestimar palabras ajenas
Ese frío que es ausencia
esas violetas que son grises
que no son flores sino cenizas
que no son vida
sino gusanos comiendo de nuestro
dios
que no son tiempo sino existencia
que no son lluvia sino llanto.
140
Ciento cuarenta poemas para mediodía
no son suficientes para diez cigarrillos
Atajan este cuerpo que solo respira
versos y nicotina
Contienen esta tristeza que es más
grande que la lluvia
Detienen a una mujer gris
que baila de vez en cuando
Con sombras que desaparecen
o se esconden a medianoche.
Vestíbulo
Ese lugar donde reposamos
donde hacemos antesala
al desvanecimiento
quizás
un paisaje a la eternidad
un beso mate del recuerdo
subterráneo de nuestros días
Polvo escarchado de omisión
Manicomios físicos II
Los manicomios son ese lugar de espera
de turno, de aniquilamiento
siempre el siguiente.
Mi padre
y su sonrisa que me dice
no hay miedo
¿Bailamos?
Él es el más estropeado de los estropeados
el más inusual
canta y canta
nada le rima, nada le conviene.
La música lo desvela
ha tenido cien horas libres de insomnio.
Él baila
nada le angustia
sólo vive.
Una puta en un confesionario
Pido perdón por existir
por ser mujer
por permitir pasar almas en el medio de mis piernas
por enamorar a tanto hombre
y olvidarlo en vísperas de un amanecer
por amamantar tanta boca
y calmar tanta pasión regada,
y en las aceras mermar el hambre
que se sostiene de esquina en esquina.
Los poetas
Buscar la respuesta en el último vagón
en el viajero que colecciona mariposas
y que ya ha olvidado
cuántas ha atravesado.
***
Los otros
los sin dios
los no nacidos
los nadie
los olvidados,
los ninguno
los desterrados
los grotescos
los cara sucia
también soy yo.