Evelio Rosero

Nació en Bogotá, el 20 de marzo de 1958.
En 1979 obtuvo el Premio Nacional de Cuento por su relato: Ausentes.
Es autor de la trilogía novelística Primera Vez, integrada por las obras: Mateo Solo (1984), Juliana los mira (Anagrama 1986, traducida al sueco, noruego, danés, finlandés y alemán), y El Incendiado (Planeta 1988, premio Pedro Gómez Valderrama a la mejor novela colombiana).
En los años posteriores ha publicado: Cuento para matar un perro y otros cuentos, Las esquinas más largas (cuentos de Bogotá), y las novelas: Señor que no conoce la luna, Las muertes de fiesta, Plutón, En el lejero, Los almuerzos (traducida al turco, inglés y japonés) y Los Ejércitos (premio Internacional de novela Editorial Tusquets 2006).
Los Ejércitos obtuvo en Inglaterra el Foreign fiction prize, otorgado por el diario The Independent a la mejor obra de ficción traducida al inglés en el año 2008, y el Premio ALOA, concedido en Dinamarca por escritores y editores a la mejor obra traducida al danés. Los Ejércitos ha sido traducida a 14 idiomas.
Es autor además de obras para jóvenes y niños, entre las que destacan: El Aprendiz de Mago y otros cuentos de miedo, Pelea en el parque, La duenda (Premio IBBY 2002), Cuchilla (Premio internacional Norma) y Los escapados.
En 2012 se publicó su novela histórica: La Carroza de Bolívar, galardonada con el Premio Nacional de Novela del Ministerio de Cultura. En 2013 apareció una selección de sus cuentos: 34 cuentos cortos y un gatopájaro, y su novela breve Plegaria por un Papa envenenado.
En 2017 publicó su novela Toño Ciruelo, y en marzo de 2019 se publicaron sus Cuentos completos.
En 2019, el Festival Internacional de Poesía de Bogotá, en su versión XXVII, le rindió homenaje, publicando la antología Esto no es un cuento, coedición de la revista Ulrika y el Instituto Caro y Cuervo.
POEMAS DE EVELIO ROSERO
Agua en la música
Idéntica al río la música vuelve
del más remoto lugar vuelve
a recordarnos algo que tal vez no
entendemos
o no queremos recordar.
En la orilla, detenidos
la oímos pasar, desconociéndola.
Otras veces calla y callamos
y su silencio es su última llamada
dolorosa
parecida al mar
Tal vez
Su ausencia es otra fiesta a solas.
Una ventana sin que nadie te responda: “Llueve”.
Quien quiera que seas
disfruta, abandonado, del dolor.
No huyas.
Lento, lento, asomará
el sosiego, casi un barco, casi un canto
pero dura luz derribando estas paredes.
El dolor es otro vino, disfruta, abandonado,
del dolor. No huyas.
Goza la medida del amor desaparecido.
Principio
Los barcos de papel eran viajes insoslayables
al filo de abismos, huyendo en el arroyo diminuto, el sucio charco.
Íbamos al timón, urgentes, valerosos
derrotando tempestades, ranas amarillas, cáscaras de limón;
cuántos Orientes, cuántos Kubilai Khan nos elogiaron
con sus reinos.
Pero tarde o temprano se presentaban los zapatos enemigos,
transeúntes ciclópeos que hundían nuestras naves
con un gran gesto de mal humor.
Acaso la música nos redima
Acaso
Un día
La música
Espejo en lo hondo de un corredor
Como la sombra de un animal terrible pero desolado
que cree pasar inadvertido
en la tarde
por el sitio más olvidado de la casa
cuando creemos estar solos
y el otro, al descubrirnos descubrirlo
nos arroja los ojos vengativos
nos aterra por lo humano
nos enseña la sangre en las manos