Alberto Bejarano
Alberto Bejarano (Bogotá, 1980)
Docente-investigador del Instituto Caro y Cuervo en la Maestría de Literatura.
Director de la Línea de Investigación en Literatura Comparada. Ha sido docente e investigador en literatura, filosofía y artes en la Universidad Nacional, la Universidad de los Andes y la Universidad Javeriana, entre otras, y profesor visitante en la Universidad Federal de Minas Gerais en Brasil.
Es Doctor en Filosofía y Estética de la Universidad París 8 y Magíster en Estudios Latinoamericanos de la Universidad París 3.Entre sus publicaciones se destacan Ficción e historia en Roberto Bolaño (2018), Litchis de Madagascar (2011), e Y la jaula se ha vuelto pájaro (2014).
En Ana Cristina Cesar
En la radio al amanecer
G L O S O L A L I A S
Decía no saber sí era poeta:
por las laderas de Lapa arrumaba cordeles
entre los `butecos` y el `bonde`
vagaba con sus firmas:
“jardines extremos de esa ausencia”
Traducía en las tardes la palabra BRASIL salida de un poema
de
EMILIE DICKINSON
sin saberlo era una neo-brasileña:
olvidaba pasados ajenos
Escribía una correspondencia imaginaria con Katherine Mansfield
se hacía antropófaga
se repetía
se repetía
se repetía
no aprendía a ser taquígrafa:
Era toda mimeógrafo:
– ¿Escuchas el sonido? ¿te manchas con la tinta? ¿con todo el cuerpo?
Perforaba cada palabra dedo a dedo
el rodillo se deslizaba
hasta que nacía el poema
Debía ser el eco de la niña-Rimbaud de Bogotá…
Las mujeres han cantado
¿La poesía, de qué está hecha? Me refiero, ¿a quién la canta?
Cuando los hombres callan
las mujeres han cantado:
hemos callado, encanallado.
La noche se destila en bares podridos
entre coperas desportilladas DE DIENTES:
una mujer escribe al otro lado de la barra
descifra viejos oráculos
Las mujeres cantan
callamos
canciones sin estribillos
hemos olvidado números, placas, direcciones, contra señas
ellas solo cantan
bordean metáforas de sal
de vientres rotos
de vigilias y esperas repetidas
callamos
nos cae encima nuestro sonsonete
no digo más, peco de tibio
cuando debería decir La He perdido
A la mujer que escribe solo el canto de las mujeres
Noches de poemas imposibles,
la trama se la lleva el viento detrás de mí,
la tempestad me deja atrás, muy atrás,
donde los velos no me cubren.
Espantapájaros en una barca llena de Animales Domésticos,
Ilusión postrera que me recuerda lo que no seré,
viento de mayo, viento voraz,
cine ruso minimalistamente mortal
soledad atropellada.
Divagas, transeúnte, divagas
crees decorar las calles con tu filantropía
y te estrellas y te estrellas
una y otra vez
contra los mismos vidrios con nombre de mujer.