José Ramón Ripoll
Cádiz, España (1952), escritor, musicólogo y periodista, es director desde su fundación, en 1991, de RevistAtlántica de poesía, publicación especializada en literatura iberoamericana e internacional. Ha desempeñado una larga labor de difusión de la cultura y la música clásica a través de Radio Televisión Española y otros medios de comunicación y entidades académicas.
Es autor de varios libros de poemas, entre los que destacan La Tauromaquia (1979), Sermón de la barbarie (1981), El humo de los barcos (Visor, Madrid, 1983), Las sílabas ocultas (Renacimiento, Sevilla, 1991) y Niebla y confín (ONCE-Visor, Madrid, 2000), Hoy es niebla (Visor, Madrid, 2002), Estragos de la guerra (Editores del Centro de Arte Moderno, Madrid, 2011), Piedra rota (Tusquets, Barcelona, 2013) y La lengua de los otros (Visor, Madrid, 2017)
Ha recibido, entre otros reconocimientos, el Premio Guernica (1979); Premio Villa de Rota (1980); Ayuda a la Creación Literaria del Ministerio de Cultura (1986); Premio de Poesía Rey Juan Carlos I (1983); Premio Tiflos (1999) y XXIX Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe (2016).
PODCAST DE POEMAS DE JOSÉ RAMÓN RIPOLL
POEMAS
(Estragos de la guerra)
Desde entonces la casa es otra casa;
el lugar, otro espacio y otra tierra.
Hasta el aire es distinto,
como un vaho que inunda los recuerdos
y una llama que aviva la memoria.
Todo es distinto en esa estancia
desde aquel fogonazo
que iluminó de golpe aquella habitación
donde la muerte habita desde entonces,
imponiendo su ley,
cambiando el orden de las cosas
como una eterna melodía
entonada por labios que no saben nombrar.
Esa metralla atravesó el cristal desde el que un niño
se guardaba del mundo y lo observaba
como el jardín de su conciencia.
Aquel sonido repentino era el eco de Abel,
que desde un libro antiguo
descendía hasta el mañana
por el quejido de los hombres.
Desde entonces la casa es la otra casa,
la que un obús derrumba en cualquier guerra,
la que un tanque destruye y aniquila,
la que una excavadora desmorona,
clavando los cristales por los que el niño mira
en el propio corazón de la tierra.
(De Estragos de la guerra, 2011)
(Este viento)
Este viento lejano trae un olor antiguo,
cierto aroma de sangre coagulada en el tiempo,
la fragancia de un nardo ofrecido a los dioses,
el perfume de un cuerpo cuando busca el amor.
Este viento remoto tiene un sabor a óxido,
a naufragios anónimos escritos en los mares,
a una coraza vieja perdida por la historia
que oculta tras su herrumbre mi helado corazón.
Este viento me llama de nuevo por mi nombre,
aquél que me usurparon la lengua de los otros
y en la terca batalla de la luz y la sombra
junto al manto dorado del ser abandoné.
Este viento lastima con su fuerza en el rostro,
incrusta las arenas de la playa en la piel,
me recuerda un origen borroso de la vida
y en su silbo pregunta, nada más que pregunta.
(El escarabajo)
Traza un sendero entre las dunas.
No sabe adónde va o quizás sea
ese aparente no saber el motivo
de su existencia bajo el sol, dibujando
un esquema de la vida que fluye,
serpentea, sobre sus pasos vuelve
e insiste otra vez más en ir.
Pacientemente escribe y su presencia
es escritura sobre arena
que borra y borra el viento,
el esbozo de un camino sin rumbo
o alrededor de ti, piedra enterrada,
para significar sin revelarte.